jueves, 10 de junio de 2010

Egipto - Nubia y los camellos

El día del tour -bueno uno de los días del tour-, que tanto esperaba finalmente llegó: Montar un camello.
Un bote nos esperaba al pie del río para trasladarnos al poblado de Nubia, pero a la mitad del mismo, nos esperaba otro; hicimos un trasbordo y continuamos con el viaje. 


Mientras navegábamos se abrió -lo que yo llamé- el duty free. ¡Vaya que aprovechan cada momento para el negocio! 
Yo, preferí observar el entorno; habían letreros que –según el guía- decían: Cuidado con los cocodrilos, así que esperaba ver algunos cocodrilos navegando junto al bote o tal vez pasar por alguna aventura peligrosa, pero no pasó nada. Todo muy tranquilo. Tal vez no habría vivido para contarlo. – Ya sé, eso sólo sucede en HBO y sí, me gusta hacer historias en mi cabeza-
Después de 20 minutos, que fue lo que duró el traslado, llegamos a un estacionamiento de camellos –pues eso era-, y por alguna razón me sentía como criatura con mascota nueva; en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba montada en el camello.
Lo más divertido es cuando ya estás montada y el camello se pone de pie. Amo esa sensación de montaña rusa en mi estómago. ¡Agárrate fuerte! No querrás hacer el ridículo cayéndote.
Llegamos al poblado de Nubia y donde nos estacionamos –a camello- habían muchas niñas que te tomaban de la mano, te abrazaban y se te colgaban del cuello para darte besos. No te soltaban por nada del mundo, te halagaban todo el rato y por supuesto te pedían que les compres muñecas o simplemente que les des un euro.
Caminamos hasta una escuela donde recibimos clases de árabe. ¿Que recuerdo algo de la clase de árabe? No. Ni los números. Lo que sí aprendí a escribir –o debería decir a “dibujar”- fue mi nombre :)

Paseamos por el pueblo, mismo que estaba lleno de puestos comerciales con venta de especias, mascadas, chilabas, etc… luego llegamos a una casa, donde paramos a descansar y tomarnos el famoso jugo de karkadé (traducción: jugo de jamaica), ahí fue donde conocí al pequeño cocodrilo. Hacía tanto calor y él estaba bien heladito, tanto así que daba gusto tenerlo en brazos. Por un momento me dieron ganas de tener uno, ja!.
Y mientras disfrutábamos de un aperitivo: pan pita con baba ganoush y hummus, me hice un tatuaje de henna en la espalda.

Llegó la hora de regresar al M/S Orchestra, pues teníamos que recoger el equipaje y volar al norte hasta El Cairo. Aquí terminan los días de Crucero en el Sur de Egipto.

2 comentarios:

  1. jooo pues fue una pasada....
    Me ncantan tus fotos...:D y st amu bien q t acuerdes d todo del viaje...
    un besito
    Gaby

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  2. Claro que me acuerdo de todo! jaja
    Ya me falta no mas Giza y El Cairo y se acaba! jeje

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