"Hasta que no hayas amado a un animal,
una parte de tu alma estará dormida"
- Anatole France
Leí esa frase hace algún tiempo en algún artículo de
alguna revista y no fue hasta hace unos pocos meses que la recordé y tuvo
sentido.
Estaba en la recepción del Hotel en Huanchaco,
buscando conectarme al wi-fi para subir unas cuantas fotos del viaje. En
cuanto cogió señal, empezaron a llegarme todas la notificaciones pendientes,
entre ellas había un mensaje pendiente de whatssap, era de mi prima, en el que
me enviaba un mensaje y una foto. En el mensaje me daba la mala noticia de que
la Micha, mi gata, había muerto. Y la foto, pues, ya se
imaginarán de qué era. Creo que no había necesidad de haberlo hecho, el
mensaje de texto estaba muy claro. Y hasta la fecha no puedo borrar esa imagen
de mi cabeza.
Estaba a 20 horas de distancia, no podía hacer mucho
tampoco, no quería dañar el viaje, y sólo me quedaba disfrutar el resto del día
y llorar en silencio.
A mi regreso habían 3 gatitos agonizando, la Micha
había parido y murió al día siguiente. Se me partía el alma verlos agonizar en
mis manos. Intenté darles de comer, pero ya era tarde. No se pudo hacer más.
Siempre quedará el recuerdo...
Recién levantándose
A la espera de sus croquetas
Cazadora