¡No hay nada como estar en casa!
Once horas de viaje valieron la pena para el reencuentro con la familia y amigos y mucho más cuando te reciben con sorpresas.
Afortunadamente el vuelo venía vacío. Me estresaba la idea de tener que pagar sobrepeso, pero por el mismo hecho del ausentismo de personas en mi vuelo, dejaron pasar mis maletas sin ningún problema y no tuve que pagar sobrepeso. Ya embarcada en el avión tenía tres sillas del pasillo central para acostarme, dormir, jugar y ver películas. No habían niños que lloren o personas que hablen en voz alta durante todo el vuelo; en definitiva, tuve un excelente viaje.
Llegué de madrugada, y por las mismas a visitar a mis familiares, sobre todo a mis abuelos que tenía ansias de verlos.
Esa misma noche luego de pasar casi todo un día viajando -vale mencionar que estaba cansadísima- Karla y Liz me organizaron una mini fiesta temática de Bienvenida en la nueva casa de los Peñafiel Von Buchwald, el motivo y las decoraciones: ¡YO!
El megaposter hecho por Luis Ramírez colgaba de una de las paredes del comedor, en cuya mesa había una torta de naranja con decoraciones de mis fotos y cámaras fotográficas alusivas a uno de mis hobbies, mis piqueos favoritos y por supuesto no podían faltar las piñas coladas!
Estar cansada era pecado, no podía perderme ni un segundo del cariño de todos.
¡Qué rico es volverlos a ver después de casi un año!
La mesa decorada por Liz
Liz von Buchwald, Yope, Karla Guzmán y Kelyn Ayón (+ Ivanna)
Tannya Cárdenas, Ricardo Roca, Yope, Luis Ramírez, Daniela Espinoza
La China y Gabo Pástor
Liz y Xavier Peñafiel
Sullybird y Paul Cabrera
And last but not least, mi Ceeeerdoooo, Eduardo
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